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jueves, 28 de abril de 2011
El Imperio Romano.
EL IMPERIO ROMANO.
El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte.
Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores a César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y que por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como
Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Este se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.
A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395 a.c., quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte.
Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores a César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y que por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como
Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Este se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.
A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395 a.c., quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
El Imperio Carolingio.
El Imperio Carolingio.El Imperio carolingio es un término historiográfico utilizado para referirse a un período de la historia europea derivado de la política de los reyes francos, Pipino y Carlomagno, que supuso un intento de recuperación en los ámbitos políticos, religioso y cultural de la época medieval en Europa occidental, siendo un hecho relevante e importante, la coronación de Carlomagno como emperador en Roma como signo de restauración de facto del Imperio Romano de Occidente. Tras su disolución en 843 sería sucedido un siglo después por el Sacro Imperio Romano Germánico con la misma orientación. | ||||||||||||||||||||
viernes, 1 de abril de 2011
El Discóbolo.
- El Discóbolo 2.
El Discobolo[1] es una escultura[2] realizada por Mirón de Eleuteras en torno al 455 a. C., que representa a un atleta justo en el instante anterior.Hay quien interpreta que la figura representa al héroe «Hyakinthos» (Jacinto); amado por Apolo, el cual le habría matado de forma involuntaria con un disco.
Después, con su propia sangre habría creado la flor del mismo nombre. De este asunto existe un gran cuadro, pintado por Giambattista Tiepolo, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Mirón representa el cuerpo en el momento de su máxima tensión; ese esfuerzo no se refleja sin embargo en el rostro, que muestra solo una tenue concentración. La torsión del cuerpo, es vigorosa, pero al mismo tiempo armoniosa y delicada.
Todo el cuerpo está echado hacia delante, para producir con el balanceo posterior el impulso necesario para poder lanzar el disco.
Como casi todas las esculturas griegas, actualmente no subsiste el ejemplar original, seguramente realizado en bronce, y la obra se conoce por múltiples copias en mármol talladas en época romana. De entre estas copias que han sobrevivido una de las más famosas es la primera en ser descubierta en la época moderna, en la Villa Palombara propiedad de la familia Massimo, en 1781. Esta copia es conocida como Lancelotti. Actualmente se encuentra en el Museo Nazionale Romano de Roma.
Otra copia notable fue descubierta en 1790, y procede de la Villa Adriana de Tívoli. Esta escultura es propiedad del Museo británico desde 1805, en donde se encuentra a la vista del público. Entre abril y octubre de 2009 estuvo expuesto como préstamo en el Museo Arqueológico de Alicante MARQ.
La Cultura de Grecia.
La Cultura de Grecia.
las civilizaciones minoica y micénica continuando con la notabilísima Grecia
clásica, el nacimiento de la época helenística y por medio de la influencia del
imperio romano y su sucesor, el imperio bizantino, en la Grecia oriental. El imperio
otomano también tuvo una influencia considerable en la cultura griega, pero es la
guerra de independencia griega la que revitaliza Grecia y propicia el nacimiento de
una identidad individual dentro de su polifacética cultura a lo largo de su historia.
Grecia es llamada a menudo cuna de la civilización occidental.
El Teatro de la Antigua Grecia.
El Teatro de la Antigua Grecia.
Es una cultura teatral que floreció en la Antigua Grecia entre 550 a.C y 220 a.C. Al
parecer el teatro griego se originó en un espacio circular al aire libre
(orchestra), en el que se ejecutaban unas danzas, un lugar de tierra lisa y
compacta dispuesto para la representación de cantos corales, una de cuyas
variedades, el llamado ditirambo, fue de acuerdo con la tradición, el progenitor de
la tragedia ática. Todos los grandes teatros se construyeron a cielo abierto.
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